El 93% de los profesores tienen niveles altos de estrés laboral, que repercute en rendimiento de los estudiantes
La escuela es un lugar donde los niños pasan la mayor parte de su edad y muchos estudiantes pasan tanto tiempo con el maestro de la escuela como pasan con su familia. Esto pone un gran énfasis en la relación alumno-maestro.
Sin embargo, del mismo modo que un ambiente estresante afectará cualquier relación, la relación profesor-alumno también es propensa a niveles de estrés desenfrenados, especialmente entre los maestros. Ahora, investigadores de la Universidad de Missouri han descubierto que el estrés relacionado con el trabajo afecta al 93% de los docentes, lo que es significativamente más alto de lo que se había estimado anteriormente.
Peor aún, los maestros con altos niveles de estrés también tienen estudiantes con el desempeño más pobre, como bajas calificaciones y problemas de conducta recurrentes. El profesor Keith Herman de la Facultad de Educación de la Universidad de Missouri dice que "no es ningún secreto que la enseñanza es una profesión estresante. Sin embargo, cuando el estrés interfiere con el bienestar personal y emocional a un nivel tan severo, es probable que las relaciones que los maestros tienen con los estudiantes, como cualquier relación lo haría en un ambiente de alto estrés ". Aparte de los factores como la capacitación y la competencia, el factor que puede influir en la gestión del aula por los docentes es su propio estrés y sus estrategias de afrontamiento.
El Dr. Herman descubrió que había muy pocos maestros con bajos niveles de estrés y mejores habilidades de afrontamiento cuando analizaba los perfiles de varios docentes, incluido el nivel de agotamiento que sienten. Lo que es extremadamente angustiante es descubrir que solo el 7% de la comunidad de docentes experimenta bajos niveles de estrés y sienten que reciben suficiente apoyo para no sufrir de agotamiento. Lo importante ahora es desarrollar programas que promuevan la salud mental y la salud general de nuestra comunidad de docentes. La responsabilidad recae sobre la sociedad, no solo para crear un entorno enriquecedor para los estudiantes, sino también para los docentes y otros adultos que han dedicado sus vidas a la educación de nuestros hijos.
Sin embargo, del mismo modo que un ambiente estresante afectará cualquier relación, la relación profesor-alumno también es propensa a niveles de estrés desenfrenados, especialmente entre los maestros. Ahora, investigadores de la Universidad de Missouri han descubierto que el estrés relacionado con el trabajo afecta al 93% de los docentes, lo que es significativamente más alto de lo que se había estimado anteriormente.
Peor aún, los maestros con altos niveles de estrés también tienen estudiantes con el desempeño más pobre, como bajas calificaciones y problemas de conducta recurrentes. El profesor Keith Herman de la Facultad de Educación de la Universidad de Missouri dice que "no es ningún secreto que la enseñanza es una profesión estresante. Sin embargo, cuando el estrés interfiere con el bienestar personal y emocional a un nivel tan severo, es probable que las relaciones que los maestros tienen con los estudiantes, como cualquier relación lo haría en un ambiente de alto estrés ". Aparte de los factores como la capacitación y la competencia, el factor que puede influir en la gestión del aula por los docentes es su propio estrés y sus estrategias de afrontamiento.
El Dr. Herman descubrió que había muy pocos maestros con bajos niveles de estrés y mejores habilidades de afrontamiento cuando analizaba los perfiles de varios docentes, incluido el nivel de agotamiento que sienten. Lo que es extremadamente angustiante es descubrir que solo el 7% de la comunidad de docentes experimenta bajos niveles de estrés y sienten que reciben suficiente apoyo para no sufrir de agotamiento. Lo importante ahora es desarrollar programas que promuevan la salud mental y la salud general de nuestra comunidad de docentes. La responsabilidad recae sobre la sociedad, no solo para crear un entorno enriquecedor para los estudiantes, sino también para los docentes y otros adultos que han dedicado sus vidas a la educación de nuestros hijos.
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